martes, 31 de marzo de 2009
Ella volaba
sábado, 7 de marzo de 2009
Aroma a sueños
Hasta el último eterno suspiro
domingo, 1 de marzo de 2009
Gala
Me levanté y me asomé a la pecera. Allí estaba ella, pero con un ojo ciego, me miraba pero sin verme con el ojo blanco, sin pupila. El techo se caía y yo me asustaba pero sin asustarme. Rápidamente la ponía a Gala en un vaso de plástico blanco lleno de agua y daba vueltas por la casa. Las chapas se deformaban cada vez más y ella seguía mirándome, pero sin verme. La luz prendida del baño, la puerta abierta; alguien estaba ahí probablemente lavándose la cara. Pero esto lo digo ahora, que ya me desperté, en ese momento esa luz y esa puerta abierta eran la entrada hacia algo extraño y desconocido, algo que estaba allí dentro indiferente hacia todo lo que ocurría. Hacia las chapas que se deformaban y hacia Gala que seguía con el fantasma en lo profundo de su ojo. El techo al fin dejó de moverse y la calma reinó. Las chapas quedaron entrelazadas, desprendidas de las paredes y de la nada, guardando silencio y mirándome con respeto para que yo pudiera ver tranquila pero con la lágrima en la pestaña a ese ojo hundido y blanco que aún me miraba pero sin verme. Ahí me desperté o no recuerdo más. Sólo bajé a verla y suspiré. Ahí estaba su ojo de plata con su diamante negro y profundo en el centro, me miraba viéndome y su ojo platinado se movía para seguirme y fijarme su mirada en el alma. Allí seguía ella, acostada en las piedras, enferma, como ha estado desde hace un tiempo.
Hasta que un día...su profundo ojo dejo de mirarme...y ella fue libre al fin, para seguir nadando, con sus destellos plateados, en lo mas profundo de mi alma POR SIEMPRE.