jueves, 23 de junio de 2011
Melodía de mar
Primero es una tensión en la cara y ciertas ganas de escupir algo que me avergüenza.
Luego es dolor de panza, como si adentro nadara un pez muy grande y asustado; en seguida siento algo en la garganta, sobre todo al respirar, como si el pez intentara escapar.
Por momentos abro mucho los ojos, o los cierro fuertemente.
El corazón late muy rápidamente...Pero la mente siempre en blanco, vacía. Cada pensamiento molesto o doloroso intenta hablarme, pero no lo escucho. Mi mente trata de ignorar esa preocupación, ya que la considera estúpida, impura, carente de valor o porque no desea verla para no sufrir. A veces pequeñas particulas del pez se escapan por los ojos, nadando dentro de mis lágrimas... Pero no hay nada que detenga al pez que continúa nadando desesperado por todo mi ser, con un gran anhelo de salir y navegar por las cristalinas aguas del río de las palabras, hasta flotar en el hermoso océano de la libertad, allí donde más peces nadan y nadarán felizmente, bajo la luz de aquel sol al que llamamos alma.
jueves, 5 de mayo de 2011
Luz
Los días que duermo poco, por alguna extraña razón, me siento diferente, como ida, en otro lugar. Como si me hubiese despertado en otra parte, o, quizás, como si otra parte de mi se hubiese despertado, o, tal vez, como si alguna parte de mi no lo hubiese hecho... Hoy me encuentro así, extraña, lejana, con la mirada perdida y casi sin sonreír. ¿Quién diría que el dormir poco podría producir tantos cambios en el estado de ánimo de una persona? Sin embargo, los días que no duermo absolutamente nada, me siento muy bien, siento que estoy mas conectada conmigo misma, mas cercana, mas verdadera. A veces suelo usar las noches para dedicarle un espacio y un tiempo a mi ser, como tratar de descansar, pero no físicamente. Sentir la paz, pero con el corazón. Sentir la vida, pero desde la soledad. Sentir el alma, pero desde la esencia. Casi siempre me pongo a pintar todo lo que imagino y lo que me hace feliz o triste.
Pero el problema ahora es lo que me pasa hoy y lo que me suele pasar ultimamente. Podría decirse que siento que las cosas que me rodean son ajenas a mí, casi como ser un fantasma, querer agarrar las cosas y no poder, querer abrazar a las personas y sentir tan solo frío en todo el cuerpo. Pero yo se que puedo agarrar las cosas y hacer de ellas, lo que yo quiera, pero ¿qué quiero? Y también se que puedo abrazar a las personas siempre que sienta un gran afecto hacia ellas, pero ¿que siento? Me encuentro tan distante que no puedo distinguirlo. Las cosas se alejan cada vez más, las personas también; intentan acercarse, pero no lo logran. Solo quiero encontrarme con mi vida y percibirla... Sé que puedo hacerlo.
Ahora me encuentro caminando sola, quizás en el campo, hasta que me detengo. Siento algo frío debajo de mis pies descalzos, no se lo que es, pero no le presto atención. Me concentro en mirar, en el horizonte, dos inmensos ojos con muchísima luz que vienen a recibirme. Estoy segura de que es mi alma, una parte de mí que se me escapó durante toda la vida. Comienzo a escuchar un sonido fuerte y casi molesto. Suspiro, y siento el aire llenando todo mi ser, aquellos ojos dorados están cada vez mas cerca. Entonces puedo ver, puedo verme a mi, pero de una forma completamente diferente, tanto que no puedo describirla... Simplemente verla me produce una paz inmensa y un sentimiento de libertad. Entonces abro los brazos para recibirla, ya casi esta por llegar. Una lágrima se resbala de la punta de mis pestañas y, antes de que termine de deslizarse por mi rostro, siento un aire frío e inmenso que me cubre, y algo así como una sacudida.
De pronto me despierto y estoy en mi cuarto, de noche, pintando un hermoso campo en donde me encuentro parada. Parece tan real que casi puedo sentir el frío del metal y el sonido de la locomotora. Dibujo mis ojos, mirando como se acercan dos enormes luces doradas, iluminándome por completo en la profunda y oscura noche.
miércoles, 13 de enero de 2010
Cry baby cry
jueves, 25 de junio de 2009
I'll Follow The Sun
quizás mañana llueva, asi que seguiré el sol.
Algún dia sabrás que fui esa persona
pero quizás mañana llueva, asi que seguiré el sol.
Y ahora el momento ha llegado
y, mi amor, debo irme
y aunque pierda a un amigo
al final tu sabras, oooh.
Un día verás que me fuí
quizás mañana llueva, asi que seguiré el sol.
quizás mañana llueva, asi que seguiré el sol.
Y ahora el momento ha llegado
y, mi amor, debo irme,
y aunque pierda a un amigo
al final tu sabrás, oooh.
Un dia verás que me fuí
quizás mañana llueva, asi que seguiré el sol
martes, 31 de marzo de 2009
Ella volaba
sábado, 7 de marzo de 2009
Aroma a sueños
Hasta el último eterno suspiro
domingo, 1 de marzo de 2009
Gala
Me levanté y me asomé a la pecera. Allí estaba ella, pero con un ojo ciego, me miraba pero sin verme con el ojo blanco, sin pupila. El techo se caía y yo me asustaba pero sin asustarme. Rápidamente la ponía a Gala en un vaso de plástico blanco lleno de agua y daba vueltas por la casa. Las chapas se deformaban cada vez más y ella seguía mirándome, pero sin verme. La luz prendida del baño, la puerta abierta; alguien estaba ahí probablemente lavándose la cara. Pero esto lo digo ahora, que ya me desperté, en ese momento esa luz y esa puerta abierta eran la entrada hacia algo extraño y desconocido, algo que estaba allí dentro indiferente hacia todo lo que ocurría. Hacia las chapas que se deformaban y hacia Gala que seguía con el fantasma en lo profundo de su ojo. El techo al fin dejó de moverse y la calma reinó. Las chapas quedaron entrelazadas, desprendidas de las paredes y de la nada, guardando silencio y mirándome con respeto para que yo pudiera ver tranquila pero con la lágrima en la pestaña a ese ojo hundido y blanco que aún me miraba pero sin verme. Ahí me desperté o no recuerdo más. Sólo bajé a verla y suspiré. Ahí estaba su ojo de plata con su diamante negro y profundo en el centro, me miraba viéndome y su ojo platinado se movía para seguirme y fijarme su mirada en el alma. Allí seguía ella, acostada en las piedras, enferma, como ha estado desde hace un tiempo.
Hasta que un día...su profundo ojo dejo de mirarme...y ella fue libre al fin, para seguir nadando, con sus destellos plateados, en lo mas profundo de mi alma POR SIEMPRE.